La historia se acelera en las crisis. Esta pandemia tal vez no transforme el mundo en sí, pero puede acelerar cambios que ya están en marcha. Un cambio en curso se ha dado en la relación entre China, la superpotencia en ascenso, y Estados Unidos (EU), la superpotencia actual. Ser una superpotencia no solo es una cuestión de fuerza bruta, también se trata de que te vean como un líder decente y competente.
Después de las victorias en la segunda guerra mundial y en la guerra fría, EU fue ese líder. A pesar de la creciente fortaleza económica, China no lo es. Pero los tiempos pueden cambiar. El coronavirus (Covid-19) podría acelerar el proceso.
Kishore Mahbubani, un exdiplomático de Singapur, escribió un libro sobre la lucha por la supremacía entre las dos superpotencias bajo un título sugestivo. La respuesta, sugiere, es que todavía no lo es. Pero puede ser.
Tal vez la conclusión más importante a la que se puede llegar con su análisis es que la influencia global se deriva principalmente de las propias elecciones. China y EU han cometido grandes errores. Pero el fracaso de EU en crear una prosperidad ampliamente compartida en el país y su belicosidad en el extranjero está resultando ser devastador.
Ahora llegó el virus, un evento que no se considera en este libro. Arroja una dura luz sobre la competencia y la decencia de las superpotencias. En todo esto, la actuación de EU y China es de una importancia sobresaliente. Entonces, ¿qué hemos aprendido?
Los Institutos Nacionales de Salud de EU afirman que el nuevo coronavirus se originó en los murciélagos. Irresponsablemente y trágicamente, las autoridades locales suprimieron la noticia de la infección, causando un retraso de al menos tres semanas en la respuesta.
Eso permitió que el virus se propagara por todo el mundo. Sin embargo, después el Estado chino tomó medidas brutales, poniendo la enfermedad bajo control en Wuhan y deteniendo su propagación a través de China. Tanto la supresión inicial de las malas noticias como la escala de la respuesta son características de un Estado represivo, pero eficaz.
La respuesta efectiva a la enfermedad habrá tenido un gran costo económico en China. Pero el estado alentó a los empleadores a mantener a sus empleados, mientras al mismo tiempo proporcionaba apoyo a las empresas para que lo hicieran.
La tasa oficial de desempleo urbano aumentó muy poco. China ahora puede reabrir la economía, aunque existe el riesgo de que haya una segunda ola de la enfermedad al hacerlo.
EU tuvo sus propias formas de negación, que emanaron vergonzosamente del propio presidente Donald Trump, junto con enormes fallas en el aumento de las pruebas y el suministro de equipos. Las infecciones se están propagando a una velocidad espantosa por todo el país.
Estados Unidos, al igual que otros países de altos ingresos, ahora ya respondió con el “distanciamiento social”, aunque Trump solo lo extendió a regañadientes, y una respuesta fiscal por un valor de 2 millones de dólares (mdd). Roman Frydman, de la Universidad de Nueva York, argumenta que esto no es lo suficientemente grande, dada la escala de la economía estadounidense, ni está bien enfocado: solo una vigésima parte de esta suma se destinará a hospitales, mientras que los gobiernos estatales y locales son desfavorecidos.
Lo peor de todo, argumenta Frank Vogl, es un fondo de 500,000 mdd para grandes corporaciones que probablemente estén bajo el control no supervisado de Trump, lo que es contrario a la voluntad del Congreso.
Los principios fundamentales estadounidenses de democracia y libertad individual siguen siendo atractivos para muchos en todo el mundo, a pesar del ascenso mundial de la autocracia populista.
Partes del gobierno, en particular la Reserva Federal, siguen siendo eficaces por ahora, aunque ¿quién sabe qué pasaría en un segundo mandato de Trump? Pero la capacidad fundamental del a menudo despreciado “estado administrativo” realmente importa. En estos tiempos de crisis, su ausencia es letal. Un gobierno en guerra con la ciencia y su propia maquinaria es ahora muy visible para todos.
Para aquellos que creemos en la democracia liberal, estos fracasos de EU duelen: dan crédito a la idea de que la autocracia funciona mejor. Pero la muerte de la decencia y la competencia en los principales gobiernos occidentales importa incluso más allá de esto.
La llegada de la pandemiaes un desafío moral global. Es necesario hacer frente a la propagación de enfermedades, gestionar las crisis financieras, estabilizar la economía y ayudar a los débiles. EU tiene que desempeñar un papel importante. No le queda alternativa. https://www.milenio.com/negocios/financial-times/coronavirus-china-y-estados-unidos-deben-modificar-su-relacion
Se nos ha recordado que ningún hombre es una isla en una pandemia. Como argumenta Gordon Brown: “De esta crisis deben salir las reformas a la arquitectura internacional y todo un nuevo nivel de cooperación global”. Para que esto suceda, algunos Estados deben asumir el liderazgo.
Si no somos nosotros, ¿quién? Y si no es ahora, ¿cuándo?
Fuente:T21
“Todas los derechos reservados de las obras literarias mostradas en el sitio de Cargoquin son propiedad de sus respectivos dueños y son mostrados únicamente para uso informativo.”