El despliegue de las tan esperadas campañas de vacunación está resultando más lento de lo esperado, siendo achacado en más de una ocasión a problemas de distribución, así como ciertas brechas en el suministro de componentes para fabricar las vacunas.
Ante esta realidad, Ugur Sahin, director ejecutivo de BioNTech, afirmó a la revista alemana Der Spiegel que la compañía ya había iniciado la búsqueda de nuevos socios para reforzar la distribución y producción de los viales. Sin embargo, como señalaba al medio “hasta finales de enero no sabremos si podremos producir y cuánto más”.
Los ingredientes almacenados antes de la aprobación de las vacunas “proporcionarán las primeras entre 1.000 y 2.000 millones de dosis”, tal y como aseguró Andrey Zarur, director de GreenLight Biosciences, pronosticando futuros cuellos de botella una vez superadas esas cifras.
Ello se debe, según recoge Financial Times, a desafíos como la obtención de elementos que van desde moléculas de ADN hasta nanopartículas de lípidos, las gotitas microscópicas de aceite que entregan el ingrediente activo del ARNm de la vacuna.
Para hacer frente a este pronóstico, el medio afirma que Pfizer y Moderna han iniciado conversaciones con proveedores como Trilink, Aldevron y New England Biolabs para responder al desafío, aunque se requerirá una profunda cooperación entre el gobierno y la industria para que funcione.
Del mismo modo que sucediera con las pruebas PCR, se espera que las cadenas de suministro sean capaces de escalar sus operativas para dar respuesta a la alta demanda que el 2021 marcará para la logística.
Fuente: Cuadernos de Logística
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